Ir al contenido principal

Alfredo González: "Relacionaría al gobierno local con una literatura armoniosa y tranquila"

El poeta porcunense Alfredo González Callado realiza para Porcuna Digital una valoración sobre la actualidad cultural de la localidad. Ofrece un recorrido a través de su trayectoria literaria y cuenta su época como emigrante español en Francia. El literato porcunense pero residente en Martos, además, explica su forma de entender la escritura.

® AD ENTERTAINMENTS ||| PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

—¿Cuáles fueron sus comienzos en el mundo literario?

—Comenzó a gustarme la literatura desde muy pequeño. Debería ser alrededor de 1.973 cuando escribía poesías a las niñas para que se las dieran a sus novios. He aprendido de genios de la literatura y a través de la lectura. Es un hobby y jamás me he planteado ser literato. Soy de la estirpe de Gómez de la Serna y por ello me gustan las pinceladas o estampas, por ello, mis héroes literarios son Quevedo, Valle Inclán o Azorín. De la literatura me encanta la metáfora y me gusta el cómo me lo cuentan y no el qué me cuentan.

—¿Algún otro ídolo literario?

—Con Francisco Umbral descubrí verdaderamente la literatura. Sus artículos en el ABC me hicieron ver la exquisitez de sus narraciones y conocer su crítica literaria. Decía “en vez de leer a Baroja, lee a Marcel Proust”. Fue quien me enseñó a leer la literatura que yo quería, me hizo conocer a Quevedo, Valle-Inclán, Azorín, Gómez de la Serna o Villarroel.

"Ahora se lleva comprar el libro de Belén Esteban y esto demuestra el nivel literario del país"

—¿Qué otra literatura le agrada?

—Me encanta la literatura sudamericana, desde Bennedetti a Gabriel García Márquez. Mis estampas beben mucho del realismo mágico. Lees la estampa pero parece que es un sueño.

—¿Cómo describiría su manera de escribir?

—Para describir lo más mínimo necesito dos folios, adornarlo, jugar con las palabras e incluso inventármelas. Hay que renovar el lenguaje, aunque siempre con belleza. No me sale escribir llanamente y adornar un texto es esencial.

Cualquier estampa que escribo en este diario ocuparía tres folios, pero yo necesito diez. Esto ahora no se vende y estoy convencido de que en la actualidad, ni Valle-Inclán ni Quevedo, por ejemplo, encontrarían una editorial para publicar sus obras. Ahora se lleva comprar el libro de Belén Esteban y esto demuestra el nivel literario del país.

—¿Ha recibido el apoyo de sus padres durante su dedicación a la literatura?

—Sí, yo he tenido unos padres muy liberales y optimistas. Han sido mis seres adorados, nunca he tenido ningún problema. Siempre se han sentido muy orgullosos.

—¿Utiliza la escritura para evadirse del mundo actual?

—La utilizo para sacarme los fantasmas de dentro. La mayoría de mi literatura es del recuerdo, al igual que Marcel Proust con su literatura del reencuentro con el pasado. Mi literatura es siempre evocadora ya que el futuro no me gusta y el presente lo odio.

—Su poesía posee características de la poesía simbólica.

—Mi poesía es simbólica y clásica. Podría haber estado muy bien en la Generación del 27. Es poesía tierna, metafórica, con mucho adorno e improvisación con lógica.

—¿Cuál ha sido su mejor escrito o ese que más le ha gustado?

—Sin lugar a dudas, La Mirada y las Estatuas. Voy evolucionando y la prosa que escribía hace treinta años no tiene nada que ver con lo que escribo ahora.

—¿Publicará las estampas de ‘La mirada y las estatuas’ en un libro?

—Espero que sí, aunque depende del Ayuntamiento. Es conveniente porque es historia de Porcuna. Describo el estado de muchas zonas de la localidad durante diversas épocas el siglo XX.

—Hablando de Historia, ¿qué le parece el trabajo del director del Museo de Porcuna, Luis Emilio Vallejo?

—Yo soy pro Luis Emilio Vallejo. Es una persona magnífica y abierta. No sé por qué pero está creando ahora un poco de controversia por grabar vídeos en lugares históricos de Porcuna. No lo entiendo ya que es la persona encargada de dirigir la cultura del municipio.

—Ha escrito en prensa, ha participado en diversos libros y ha publicado algunos, escribe poesía… ¿Qué le queda por hacer en el mundo literario?

—Me queda por hacer una obra de teatro y estoy en ello. Estoy haciendo la obra de teatro de mi abuela, la Chiquita Pinanta. Además, me gustaría que la obra fuera representada.

—¿Cómo fue su época desde 1.994 a 1.998 como columnista del Diario Jaén?

—Fue un desastre porque no me pagaban. Publicaba semanalmente artículos relacionados con Porcuna y tuve hasta amenazas de muerte. Los ‘más fuertes’ eran los que le dedicaba al gobierno de Luis Carlos Funes, aunque reconozco que me pasaba. Había concejales socialistas que me insultaron pero cuando ha pasado el tiempo me han dado la razón. No era ninguna mentira lo que yo contaba, ya que Luis Carlos Funes está inhabilitado para cargos políticos, junto con otros políticos socialistas de aquella época.

—¿Fue censurado en algún momento?

—Sí. Además, yo me fui del Diario Jaén por la censura. El director me colocaba algunos artículos en la sección de Cartas al director, me quitaba o me agregaba frases.

—Tiene a los lectores de Porcuna Digital atentos cada semana a su artículo en ‘La Mirada y las Estatuas. ¿Cómo crea estos retratos tan personales?

—El viernes me pongo la imagen del personaje en la pantalla del ordenador, lo miro e intento situarlo en su época. Recuerdo lo que él era ya que todos los personajes sobre los que escribo los he conocido. Después, viene la literatura, los envuelvo en palabras.

Además debo decir que para escribir del pasado tengo que estar fuera de Porcuna. A partir de un momento, comprendí que debía incluir datos biográficos de cada ‘estatua’, aunque sin tenerlos muy en cuenta. Estos retratos se han convertido en biografías, aunque lo que destaque sea la mirada del autor. Todavía me quedan 74 estampas por publicar. Tengo que decir también que estoy escribiendo estos retratos gracias a Luis Emilio Vallejo que fue quien me animó a hacerlo. Tengo que agradecerle mucho.

—¿Podría vivir de la literatura si se lo propusiera?

—Hoy en día no se puede. De la literatura viven muy pocos escritores. Por ejemplo, mi ídolo literario actual es Javier Marías y de su novela Los enamoramientos, que para mí es una joya, vendió 5.000 ejemplares. Aún así, hay muchos escritores que escriben en periódicos.

—¿Cuántos libros ha leído durante su vida?

—Unos 7.000 libros. De pequeño solía ir a la biblioteca del Paseo de Jesús y cogía una edición del Quijote enorme que no podía con él. Tengo una biblioteca que consta de unos 5.000 libros que he ido formando poco a poco ahorrando desde pequeño.

—¿Cómo valora el nivel cultural de Porcuna?

—En general, hay muy buen nivel cultural. La cultura adorna mucho, aunque no interesa ni a la izquierda ni a la derecha. La cultura se carga a los gobiernos y, en mi opinión, una persona culta no votaría, no podría admitir ningún gobierno. En los años 80 formamos un grupo de poetas en Porcuna, ‘los poetas otilinos’, para levantar la cultura local. Hicimos visitas a los colegios, montamos conferencias, organizábamos recitales de poesía, pero no iba nadie. Ahora sí asiste la sociedad a los eventos que se organizan.

Actualmente hay mucho movimiento cultural, aunque los presupuestos para cultura son mínimos. Luis Emilio está haciendo una gran labor dentro de las posibilidades que le dan. Además, es bueno que el Ayuntamiento delegue en otras asociaciones para organizar conferencias y demás.

Me gusta colaborar con la cultura de mi pueblo y siempre que pueda, lo haré. Por ejemplo, con el coro Alegría del Llano, que le he compuesto cuatro canciones para su disco. Cualquiera que me llame, colaboraré con él.

"He leído unos 7.000 libros a lo largo de mi vida"

—¿Cómo valoraría a las personas que están al frente de la cultura de la localidad?

—Al concejal de Cultura, Santiago Valenzuela, yo lo calificaría como una persona culta. Mucha gente, cuando piensan en un concejal de cultura, piden un ilustrado del siglo XVlll, y esto es Porcuna, no París ni Roma.

La cultura incluye a la literatura, la música, el teatro, el cine o la pintura. No se le puede pedir a un concejal que sea experto en todas las materias.

—¿Tiene Porcuna un buen nivel cultural?

—De los pueblos jiennenses que conozco, Porcuna podría ser el que más nivel cultural posee. Por ejemplo, Úbeda y Baeza no son más que nuestro pueblo, podrán tener más presupuesto por ser Patrimonio de la Humanidad, pero yo voy a estos pueblos y no me encuentro teatro por las calles, ni veo cine, ni actos culturales por ningún lugar.

—¿Cuál es su cantautor y canción favorita?

—Mi canción favorita es ‘Ne me quitte pas’ de Jacques Brel. Mis gustos musicales son variados, me puedo poner una ópera de Wagner, a Juanito Valderrama, a Camilo Sesto o los Rolling Stones o ACDC. Además me gusta el jazz, el blues, el country, las rancheras o la copla. En definitiva, me gusta todo, menos el rap.

—Dicen que el rap es la poesía del siglo XXl.

—Sí, puede tener su lírica, pero siempre es muy repetitivo. La música y la forma de cantar es lo que no me gusta del rap. Quizá el problema sea que tengo cincuenta años.

—¿Cómo fue su estancia en París cuando emigró con su padre?

—Tenía quince años cuando me fui con mi padre. Después no me quería venir, me fascinó Francia. Vivía en un pequeño pueblo comunal con unas ochenta casas rodeado de campos frutales de melocotones, albaricoques, kiwis, cereales o trigo. El municipio estaba rodeado por Los Alpes y por unos lagos impresionantes. Era una autentica maravilla, aunque cuando había tormenta temblábamos.

—¿Cuál fue su trabajo en Francia?

—Me dedicaba a recolectar fruta y trabajaba entre diez y quince horas diarias. Echo mucho de menos Francia porque estuve veinticinco años trabajando en el mismo lugar. Me equivoqué al volverme a España.

—¿Por qué no ha vuelto a pasar su vida en ese lugar?

—Porque me enamoré aquí, pero mi destino era estar allí. Además, mis amigos porcunenses siempre me han dicho que el lugar donde mejor he escrito ha sido en Francia, ya que escribía desde la nostalgia. La última vez que lo visité fue en 2.002.

—Cuenta en una estampa dedicada a su padre, que los nacionales expropiaron las tierras de su abuelo durante la Guerra Civil.

—La familia por parte de mi padre estaba muy bien situada. Mi abuelo emigró a Argentina durante algo más de un año y volvió rico, por ello, tenía tierras y varias casas en el barrio de San Benito. Era republicano y tras la Guerra Civil se lo robaron todo. Mi abuelo era prestamista, y como era ‘el rojo’, las personas que le debían dinero no se lo pagaban y se quedó en la ruina. Un día se suicidó.

—A su otro abuelo lo llevaron al paredón tres veces durante la Guerra Civil.

—Estuvo tres veces a punto de ser fusilado, pero un sobrino suyo intervino tres veces para que no lo hicieran. Él contaba la situación de estar delante de los soldados apuntando y esperando a que llegara la orden de disparar, y lo sacaban de la fila. Tras la Guerra, estuvo diecisiete años preso.

"Al gobierno local lo relaciono con una literatura armoniosa y tranquila"

—Hablando de política, ¿a qué género literario le recuerda el actual equipo de gobierno local?

—Al gobierno local un género relacionado con la tranquilidad, ya que hubo un momento en Porcuna en que esto era una guerra entre unos y otros, por lo que yo le daría el título de un ‘gobierno armonioso’. Este equipo de gobierno algo estará haciendo bien ya que lo votan tanto socialistas como populares. El problema del PSOE es que saben que hay mil votantes suyos que votarán al PP. La gente ya no es tan acérrima a un partido.

—A nivel local si sucede esto, pero a nivel nacional no llega a ocurrir. La mayoría de los votantes son de un color político.

—Pero ha cambiado mucho en los últimos años. Yo he hablado con Miguel Moreno algunas ocasiones, y no está de acuerdo con muchas medidas que esetá tomando el actual Gobierno de la Nación, de su mismo partido.

—Ha viajado por multitud de lugares por el mundo, ¿cuál ha sido el lugar que más le ha impresionado?

—El que más me ha gustado ha sido Konya, en la Capadocia turca, en el centro de Turquía. Son lugares volcánicos que estallaron hace millones de años, crearon unos conos de lava blanca y la gente construyó sus casas dentro de los conos. Es fantástico, son cientos y cientos de conos abiertos. Un paisaje impresionante. Por otro lado, Petra me fascinó, cuando la vi me puse de rodillas y me inflé a llorar.

También me impresionaron mucho las pirámides de Egipto y la Micenas griega. Yo soy amante de la civilización micénica, y cuando ves la ciudad, es una maravilla. En España también hay lugares fascinantes como el Monasterio de San Isidoro en León, que su capilla la considero como la Capilla Sixtina del románico.

—¿Ha pensado ya en escribir su autobiografía?

—Tengo ya diez mil páginas escritas. Todos los días escribo diez o quince páginas de mi diario.

—¿De dónde saca tanto tiempo para escribir?

—Duermo cuatro horas diarias y estoy parado. De otra manera, las estampas que publico en Porcuna Digital cada semana no podrían salir. Pero mi diario llevo escribiéndolo desde hace muchísimos años, aunque diariamente lo llevaré realizando desde hace diez años.

Para mí, mis memorias son mi obra maestra. Aunque yo no las leeré, ni las leerá nadie próximamente, porque hay muchas verdades escritas. Hay que esperar a que mueran varias generaciones para que sean leídas.

Yo me siento muy a gusto escribiendo mi diario, porque no escribo sólo sobre mi vida, sino también sobre la vida de mi gente y de mi pueblo. Por ejemplo, hay un ensayo que he escrito sobre los treinta años del gobierno socialista en Porcuna que se llama ‘El Bueno, El Guapo, El Señorito, La Pelirroja y El Domador de Caballos’. El Bueno es Manuel Salas; el Guapo, Luis Bares; el Señorito, Luis Carlos Funes; la Pelirroja, Ana María Quero; y el Domador de Caballos, es Miguel Moreno.

"Mis memorias son mi obra maestra"

—¿Por qué está en su diario?

—Es el único escrito literario que está en mi diario. Un día comencé a escribirlo, me salió, y me escribí las ciento veinte páginas que tiene en mi diario. Antonio Recuerda está enamorado de él, dice es que es la autentica verdad de los treinta años de gobierno socialista en Porcuna. Por ejemplo, la estampa que hago de Luis Carlos Funes tiene cuarenta páginas.

—Ha donado su biblioteca privada al colegio público Juan Carlos l.

—Respecto a este tema hay un error. Mucha gente piensa que la he donado porque a la biblioteca del colegio le pusieron mi nombre, pero no es así. Años antes de este hecho ya tenía previsto realizar esta donación.

Uno de mis temores literarios era que hacía con mi biblioteca personal. Me pregunté ¿quién me enseñó a mí a leer? Mi escuela. Por ello, mis libros irán allí. Creo que es una decisión correcta y un gran acierto.

M. J. MOLINA Y FRANCISCO M. GARRIDO / REDACCIÓN
© 2020 Porcuna Digital · Quiénes somos · montilladigital@gmail.com

Designed by Open Themes & Nahuatl.mx.