Mario Oretti creyó que había leído mal el periódico. Mejor dicho, deseaba haber leído mal el periódico. Aquellas caras y fotografías, aquellos gestos, recordaban demasiado a las viejas ideas que parecieron –y merecieron morir– en los campos de batalla de la vieja Europa. Había p…
Era un misterio tan antiguo como el vino. De piel salada y boca dulce. Fuerte como el mar que choca contra el acantilado creyendo que podrá derribarlo. Demasiado hermosa para un mundo tan frÍo. Sueña con ser ave y llegar muy lejos, huyendo de los cazadores. No era indiferente ante …
No era posible. Eran las mismas gentes, las mismas caras. Ambrosio seguía preocupado. Eran las mismas calles, los mismos olores. El mismo banco en el cual se sentaba y daba de comer a las palomas que por allí pasaban para conseguir algunas migajas. Miró hacia la catedral y observó con de…
Afuera viven las portadas obsesionadas con una Tercera Guerra Mundial. Fotografías de misiles sobrevolando todo tipo de escenarios geopolíticos. El fin de Occidente se deduce entre estos ríos macabros de tinta. La crisis económica de 2008 sigue pasando tarjeta de visita en forma de traba…
"¡Oh, no eres tú mi cantar! ¡No puedo cantar, ni quiero, a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en el mar!". Yo miro al Nazareno. Igual que Machado. Reconozco que algo se encoge dentro de mí. Tengo claro que no religioso, no es un tardío despertar de la llamada. Pero veo in…
En aquellos humildes escalones de piedra, Roberto Expósito había pasado su niñez. Fueron la calle perfecta donde sus soldados de plástico color verse desfilaban. Era su hora de ejercicio diaria antes de regresar a la enorme bolsa de plástico de mercadillo. Con el paso del tiempo…
El banco de madera color marrón con reposabrazos de metal gris fue colocado por el Ayuntamiento de Sevilla mirando hacia la nada. Entiéndase la nada, en este caso, como un muro de ladrillo naranja de reciente construcción. Esos mismos que habitan las grandes ciudades últimamente. Aquello…
Todo pierde su sentido racional. La lámpara se abre y se cierra como una flor delicada. El cuerpo, simplemente, fluye. Los colores bailan con los ojos cerrados al ritmo de canciones tribales y vikingas. Un frío viento acuna el cuerpo mecido en el colchón. Aunque el frío y el calor ya son…
Emilio Arrieta, de padre mexicano y madre afgana, se cagaba con fuerza en aquellos sujetos que, de manera tan alegre e inocente, afirmaban que la Guerra Fría finaliza cuando toca el suelo la última piedra de aquel Muro de Berlín en el frío noviembre de 1989. Arrieta miraba con …
El anciano está sentado en el centro del salón. La silla es de color marrón oscuro. Nuestro anfitrión tiene un montón de documentos encima de la mesa redonda, cubierta con un tapate de ganchillo blanco. Las cartas abiertas del banco, junto con las facturas y diversos informes médicos, fo…
La luz llama a tu casa. Toma muchos nombres y formas. No siempre responde a su nombre comercial. Le encanta responder al nombre de “asesoría de consumo”. Son tan nobles que quieren hacerte una comparativa en tu factura, de manera desinteresada, para lograr tu ahorro. Ellos no quieren din…
El cartel es feo y da una fea orden. Tiene la razón sanitaria de su parte. Pero eso no le quita fealdad alguna. Fondo blanco y letras negras sobre la verja oxidada. Allí dan sus primeros pasos los felinos. Entre latas aplastadas, un viejo colchón y cascotes pertenecientes a lo que, antañ…
Una radio tímida comienza: "Tratan de convencerle abuelo, las explosiones han terminado. Pero cuando sale a la calle, Madrid parece bombardeado. Y ve escritos en los muros gritos contra los que luchó…". Canta Ismael Serrano a los héroes de Madrid. Aquellos a los que Chaves Noga…
La vista desde el balcón deja una panorámica de bloques de viviendas antiguos de ladrillos rojos y blancos junto a un parque con unas cintas amarillas, con cuadros negros, rodeando sus columpios. El silencio no es total, pues el piar de algunos pájaros no entiende de pandemias mundiales. …
La anciana, Patria, escucha la radio en la cama. Deja el volumen bajo, para que pueda oír la puerta o el teléfono si sus hijos llaman. Hijos que de verdad la quieran. Ha dejado, sobre la mesita de noche, cartas de antiguos amantes que prometieron la luna. Lo único que dejaron fue un aluni…
Lorca no quiere ser encontrado. Desde donde solo él sabe llegar, sigue escribiendo. Es su manera de hacer un corte de mangas a los rifles y a las cadenas cobardes. Me lo dijo mientras yo pedía perdón. Me dirigí a él como maestro cuando, obviamente, por razones de nacimiento, no pudimos…