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Historias de Carnaval (I)

Llega febrero y con él la fiesta del carnaval, aunque este año por cuestiones de calendario, marzo también tendrá su espacio para disfrutar de las máscaras. Son muchos los que consideran que la fiesta del carnaval tiene su origen como fiesta pagana, aunque hay muchos historiadores que ven esto como un tópico. Los mismos, piensan que nace como hijo, aunque sea pródigo, del cristianismo. Sin la idea de cuaresma no existiría el carnaval en la forma en que ha existido desde la Edad Media.

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Fecha marcada en el calendario

En la civilización cristiana el calendario se divide en diferentes periodos cronológicos establecidos por la liturgia, y que divide el año, digámoslo así, entre periodos de penas y alegrías que se alternan cronológicamente. Podemos considerar que el año comienza con el Adviento, periodo de duro trabajo en las faenas agrícolas antes del invierno, al que sigue la navidad.

Llega después el tiempo del carnaval, periodo de duración relativamente variable y que suele terminar con el miércoles de ceniza, antiguamente los días importantes eran el domingo, lunes y martes antes de la imposición de la ceniza; a continuación llega la época de la penitencia, la cuaresma, que culmina con la Semana Santa. Al tiempo de restricciones y dolor sigue el nuevo periodo de felicidad, la Pascua con los que se inician los “ritmos de verano” que tienen como mayor exponente la fiesta del Corpus Christi y la noche de San Juan, con el fin del verano empezaría terminaría dicho calendario a la espera de empezarlo de nuevo. Sin olvidarnos entre medias de las numerosas romerías, que aunque no marcan el calendario, si lo va acompasando.

La fecha de celebración del carnaval varía cada año en función de cuando se fija el calendario litúrgico. Como es sabido, aunque la fecha sea variable, su fijación cada año se estableció en el Concilio de Nicea en el año 325, región que actualmente se conoce como Iznik y se encuentra en Turquía.

Fue entonces cuando, al fijar un momento para la celebración de la Pascua de Resurrección, se estableció una fórmula de cálculo: la Pascua de Resurrección se acordó celebrarla el primer domingo después del primer plenilunio una vez comenzada la primavera, de manera que el primer domingo, detrás de la primera luna llena a partir del 21 de marzo es Pascua de Resurrección.

A partir de aquí se restan siete días de Semana Santa y cuarenta de cuaresma, fijándose entonces el miércoles de ceniza, el fin de semana previo en la mayoría de los lugares es el carnaval, a pesar de que en otros tantos la fiesta de mantiene una semana más concluyendo el fin de semana de piñata.

El sentido tradicional del carnaval

El carnaval está representado por don Carnal, que simboliza la libertad, y su reinado termina con las carnestolendas, las carnes prohibidas. La principal significación del carnaval era que durante su celebración se autoriza la satisfacción de todos los apetitos que la cuaresma reprimía inmediatamente, es una forma de indicar que la moral cristiana reconoce los derechos de la carnalidad, por lo tanto el carnaval surgía cada año como unas jornadas de inversión de los valores cotidianos del orden social, y como un desquite previo a la represión cuaresmal.

Por eso las fiestas se celebraban con alegría desenfrenada y toda clase de excesos. De ahí que la fiesta en sus orígenes se pudiera considerar una fiesta utilizada por los religiosos para desahogo de los creyentes. Esto con el tiempo ha ido cambiando.

La dotación de una máscara concede a las personas una identidad nueva más desenfrenada, en este aspecto, aún se conserva el sentido tradicional de la fiesta, la participación popular y la calle son protagonistas directos durante el mes de febrero.

De manera que, pese a los avances y transformaciones de la sociedad actual, el carnaval, sigue manteniendo una importante fusión liberadora pues la utilización del disfraz favorece la transgresión de lo cotidiano, del día a día, permiten que se liberen los instintos y se da la posibilidad de satirizar a la sociedad y meterse con la autoridad, aspecto que saben de buena mano las autoridades locales de Porcuna.

Las fiestas estuvieron “secuestradas” durante los cuarenta años de la dictadura franquista, aunque eran muchos los lugares en los que se celebraban fiestas clandestinas que huían de la censura impuesta en esos años. Al terminar la represión, el carnaval volvió con más fuerza que nunca a la sociedad, una sociedad que necesitaba expresar aquello que sentía, sin rechazo ni miedo.

Un carnaval de referencia: Cádiz

En la actualidad, la globalización y las nuevas tecnologías han hecho posible que muchos seamos los que relacionemos el carnaval con Cádiz siendo conscientes de que la ciudad andaluza es la ciudad de referencia en dos de las grandes vertiente de la fiesta, las coplas y la historia. El arte que allí se respira es indudable. De ahí que todos los que formamos parte del carnaval a escala más local tengamos como referencia la expresión gaditana de la fiesta.

En este aspecto el carnaval de Porcuna ha evolucionado de forma que puede llegar a asustar, teniendo como referencia el de Cádiz. Las conocidas como murgas, cada vez tienden más a denominarse chirigotas, cantan una presentación donde se plantea el disfraz, pasodobles en los que se reivindica o se busca emocionar, cuplés enmarcados en buen humor, y para terminar un popurrí de canciones que no hace más que completar todo lo anteriormente cantado.

Las coplas de carnaval

En Porcuna al igual que en otros muchos lugares de España, las coplas de carnaval volvieron a sonar con fuerza después del parón dictatorial, y ya en el 1989 eran varios los grupos que mostraban sus letras al pueblo. Fueron más de quince años de coplas, buen humor y por qué no decirlo de rivalidad.

El 2005 se dio paso al cambio generacional. Siempre oscilando entre dos y cinco grupos, actualmente son cinco, los que participan en el concurso de agrupaciones locales de Porcuna. De ahí que próximamente se cumplan treinta años ininterrumpidos de coplas y chascarrillos.

Sinceramente es de alabar, y en la experiencia me baso, el estar tantos años en la palestra defendiendo un disfraz y unas letras. Los que realmente han sido participes de esta locura podrán entenderme. Son muchos meses de trabajo y ensayos.

De destacar algo, como decirlo, menos positivo, en esta fiesta y que solo tiene protagonismo durante unas horas, es el concurso, momento difícil para las agrupaciones.

Las decisiones de un jurado “entendido” en la materia puede hacer, que surjan discrepancias entre los grupos, y sinceramente esto no es nuevo ya pasaba antiguamente, sobre todo cuando se traspasa la línea que marca la competencia sana. Personalmente creo que en este momento se puede perder algo de magia en lo que a la fiesta se refiere, eso si esta se recupera una vez pasadas las horas.

El problema puede surgir, y esto también lo saben bien todos aquellos que han participado de forma activa en esta fiesta, en el momento en que todo se reglamenta, hasta la diversión, siguiendo criterios populares, políticos o concejiles, atendiendo a ideas de orden social, del buen gusto, etc., el carnaval se puede convertir en una mezquina diversión de casino pretencioso. Este peligro hay que evitarlo, en el caso de las agrupaciones como existe un reglamento, en el caso de Porcuna poco definido, y un premio, todo se hace en función de ellos.

Hay que enfrentarse a la opinión de un jurado que lo que hace es plasmar sus gustos en un papel mediante una puntuación, estos gustos no tienen porque coincidir con el jurado popular que te juzga en la calle, pero hay que aceptarlos en el mismo momento que se decide concursar.

Son muchos los que piensan que entienden de carnaval, solo con enumerar los diferentes autores y agrupaciones del carnaval de Cádiz, entre los cuales yo me incluyo, pero el carnaval en esta vertiente es más que todo eso, el carnaval no está en la memoria, son notas de guitarra, poemas en forma de sátira, es desconectar de la realidad, es disfrutar de todo el tiempo que se le dedica. En definitiva, es una forma de vida, y eso lo saben mejor que nosotros aquellos grupos que empezaron allá por el 1989, ellos tienen gran parte de culpa de que a día de hoy el carnaval sea una fiesta de referencia en la localidad.

FRANCISCO SUSÍN
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