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La técnica escultórica de Manuel Pérez Casado

La escultura y el arte de la ciudad de Porcuna manifiesta con la siguiente una de las historias más tristes jamás contadas sobre un artista. Atrás quedaron las destrucciones intencionadas de las esculturas de Cerrillo Blanco 2.500 años antes y el tapado en pleno siglo XX de las pinturas murales de Julio Romero de Torres, felizmente luego a finales de los años 70 rescatadas y a la espera aún de una restauración que quite los repintes del hijo de Julio Romero.

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Parece como si las grandes obras y las grandes figuras no tuvieran cabida en nuestro pueblo. Parece como si la obra de nuestros grandes no llegara al pueblo y, éste, al no entenderlas, las condene al olvido y a la destrucción.

El Poeta Alfredo González Callado realizó a finales de los años 90 del s. XX en el Programa de Feria Real una semblanza biográfica de Manuel, que ahora ha ampliado y próximamente nos ofrecerá con todo lujo de detalles. También el blog de Javier Navas nos ofrece aspectos importantes de este genio de todos los tiempos. Ya en el año 1993 quien escribe trató de reunir toda la obra, repartida por toda la familia, y diversas ciudades: Jaén, Córdoba, Bujalance, Madrid, Porcuna, para realizar una exposición homenaje a este artista.

Tan sólo decir de Manuel que nació en Porcuna el 11 de marzo de 1910, hijo de Jesús Pérez García y de María Encarnación Casado García, en el número 17 de la calle Sebastián de Porcuna. Nació en una familia de artesanos carpinteros y muy pronto descubrió por razones obvias las gubias y los formones y cómo la materia era capaz de transformarse. Donde verdaderamente descubrió su capacidad para el volumen fue en el barro, la greda negra y parda de Porcuna que, modelada, adquiría vida en sus manos. Y luego la piedra de Porcuna y el mármol y, como no, la madera.

Estudia modelado y vaciado en las escuelas de Artes y Oficios de Sevilla y luego en Madrid donde gozará de numerosos seguidores y vivirá una etapa dorada como creador. En el año de 1931, el Ayuntamiento de Porcuna en Pleno, había acordado lo siguiente: “Por el Ayuntamiento de Porcuna se ha consignado para el presupuesto de 1931, la cantidad de mil pesetas”. Con esta beca consigue perfeccionar su arte. Prueba de ello es el busto a Pablo Iglesias que realiza en mármol y que es colocado en la actual Plaza de Andalucía, encargo del Ayuntamiento de Porcuna (destruida y actualmente bajo las escalerillas de la Plaza, según testimonios de los albañiles).

Su obra es un milagro de la técnica, de su dominio. Una técnica laboriosa y con una serie de procesos que resumimos. Primero es el barro, amasado, recogido cerca de las fuentes públicas de Porcuna, hasta que se hace una masa plástica capaz de girar y moldearse. Manuel es un gran modelador. Por tanto la obra en su primera fase es de arcilla. Manuel se enfrenta al modelo natural, como retratista es un escultor excepcional. Tras varias sesiones frente al retratado consigue un 'modelo' en barro perfecto, eidético al natural.

Es aquí cuando el proceso técnico comienza y deja un poco de lado el proceso artístico. Antes de que se seque el modelo en barro se le hace un molde de dos o tres particiones con escayola o yeso, reforzado con capas finales de estopa y cañas. Una vez fraguado se abre el molde y es entonces cuando se destruye el modelo en barro, primera obra, que por lo general se deforma al ser abierto el molde y se desecha, reciclándose la arcilla para futuras otras obras. El molde se limpia de la arcilla que ha quedado pegada y entonces con aceite o jabón se impermeabiliza.

Este molde se vuelve a cerrar y se vierte sobre él: yeso, escayola o algún tipo de cemento blanco con un árido en proporciones 1:2. Cuando el cemento fragua tras varios días se abre el molde que en general se destruye para poder acceder a la totalidad del “segundo modelo”. Estas obras son muy frecuentes en Manuel Pérez Casado, al menos que nos hayan llegado a nosotros (como el retrato de Pablo Iglesias en cemento blanco). Mucha de esta obra, en poder de la familia está hecha en este material.

Este segundo 'modelo sólido' en manos de Manuel, ya inmutable, estaría dispuesto a ser pasado (por el sistema de puntos) a una materia noble, bien sea el mármol, preferido por Manuel, o incluso a madera o piedra local.

Esta es la 'talla indirecta' que Manuel Pérez Casado aprendió en Sevilla y en Madrid. Técnica clásica. Sin embargo su capacidad para la “Talla directa” a partir de dibujos y modelos menores también la demostró sobradamente, ya con 14 años, cuando realizó sus primeros trabajos, escondidos por miedo al ridículo y luego expuestos por primera vez en el escaparate de la pastelería de Herrera.

Sólo quien se acerca a la obra de este creador experimenta el halo de eternidad, la capacidad de transmisión universal del arte. Por tanto la obra de Manuel, lo que necesita, tantos años después, es ser vista, disfrutada y estudiada por todos, como cualquier obra fruto de un genio que aún no ha entrado en la Historia Del Arte incomprensiblemente.

Manuel Pérez Casado falleció en Porcuna un día 9 de septiembre de 1961, tenía 51 años. Murió ciego, 'escultor ciego'. Antes, desde la explosión en 1937 de una bomba, veía solo con un ojo. Drama sobre drama, porque el volumen solo es posible apreciarlo con los dos ojos. Como en tantos casos, la guerra perdió a otros de los grandes escultores españoles y también porcunenses de todos los tiempos.

LUIS EMILIO VALLEJO
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