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Amparo Garrido: “La sociedad no puede vivir sin arte, la vida sería una mierda”

La prestigiosa artista visual reconocida internacionalmente, Amparo Garrido, responde a las preguntas de Porcuna Digital sobre su trayectoria y el brillante trabajo que atesora. Además, habla sobre su actual proyecto, la publicación de un libro de retratos de perros que está financiando mediante el ‘crowfunding’. ‘Sobre perros, la mirada y el deseo’ fue un trabajo que realizó hace unos años y ahora quiere compartirlo con todos mediante la impresión de un libro.

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—¿De dónde vienen sus raíces porcunenses?

—Mi padre se llama Juan Garrido y es de Porcuna. Se fue a Valencia con 19 años y allí conoció a mi madre.

—¿Qué recuerdos tiene de Porcuna cuando era pequeña?

—Recuerdo ver un pueblo muy alegre. Aunque me da vergüenza contarlo, me parece que la primera vez que yo tuve conciencia de que me gustara un chico fue en Porcuna.

—¿Qué encanto tiene para usted Porcuna como para haber elegido venirse un año a trabajar para hacer video-arte?

—Mi padre siempre ha tenido un acento de una cultura diferente a donde vivíamos. Siempre ha estado rodeado de un halo de misterio porque había muchas cosas que no sabía sobre él.

Las ganas de venir tienen que ver con la curiosidad de ver sus orígenes y su identidad. Con mi padre tuve una adolescencia muy complicada porque hubo un desencuentro generacional y, por ello, siempre he tenido una especie de deuda por haberme llevado tan mal con él.

—Hizo también el vídeo promocional ‘Porcuna, Tierra de Tesoros’. Un trabajo que exponía la cultura y las tradiciones de la localidad, ¿qué recuerdos le trae ese trabajo?

—La Junta de Andalucía me concedió una beca para crear las piezas de vídeo-arte y yo propuse realizarlas sobre el pueblo donde nació mi padre.

Viví en Porcuna nueve meses para impregnarme de todas sus fiestas y cultura. Además, quería conocer todo el ciclo agrícola del olivar. Estando en este pueblo es cuando se me ocurrió realizar una pieza audiovisual para la localidad de corte documental. Se lo expuse al alcalde Miguel Moreno, y llegamos a un acuerdo.

—Hablemos ahora sobre ‘Averiguando aceitunas’, ‘Sobre la escucha’ y ‘Remanecer’, las tres piezas de vídeo-arte que ha creado. ¿Qué sentimientos quiere que afloren en las personas que los visualicen?

—Son temas absolutamente subjetivos ya que es mi visión personal. Lo interesante del trabajo artístico es que sea universal, es decir, que un japonés, un alemán o un inglés se emocionen viendo mi trabajo. Por ello tengo una actitud y una mentalidad abierta y quiero que mi trabajo lo entiendan otras culturas.

‘Remanecer’ que es el que entregué a la Junta de Andalucía, es una pieza de 14 minutos muy subjetiva y onírica.

—La pieza ‘Averiguando aceitunas’ es la que más éxito ha tenido en los lugares donde ha sido expuesta, ¿cómo la definiría?

—Siempre digo que es como un ‘Haiku’, un tipo de poema japonés. Es algo mínimo y muy musical.

Un día iba paseando y vi la escena. Estaban dos hermanos sentados en un corral en silencio, uno machacando aceitunas y otro rajándolas. La escena poseía un ritmo y un sonido constante, el de la piedra machacando, el de la navaja rajando. A esto se le sumaba las gallinas, los pájaros, el ladrido de un perro. Me pareció una escena auténtica, primitiva y original. Una escena totalmente mediterránea que pudiera estar ocurriendo en Grecia.

—¿Cómo surgió la idea de crear el vídeo ‘Sobre la escucha’?

—Siempre me han interesado mucho las temporeras. Es un cante de labranza primitivo, se dice que incluso puede ser de donde viene el flamenco. Y son unos cantes que se están perdiendo porque a los jóvenes ya no les interesan.

Me hice socia de la Peña Flamenca ‘La Temporera’. Una de las cosas que más me llamó la atención fue la escucha, el respeto, el silencio, la introspección y el recogimiento con el que los hombres escuchan al cantaor. El vídeo lo llamo así porque es un retrato en movimiento de gente escuchando.

—¿En qué está trabajando ahora?

—En estos momentos estoy trabajando en la publicación de un libro de retratos de perros. El primer trabajo que hice cuando entré en el mundo del arte se llamaba ‘Sobre perros, la mirada y el deseo’. Era un trabajo en blanco y negro sobre retratos de perros que estaban fotografiados como si fueran personas.

Impactó tanto que lo compraron colecciones muy importantes, e incluso el Museo Reina Sofía. Los retratos son de un metro por un metro, y los perros están sacados de contexto y llevados al estatus de personas.

Durante todo este último año he estado preparando el libro, pero hacerlo es muy caro. Para poder financiar el libro estoy haciendo una campaña de ‘crowfunding’.

El libro vale 14.000 euros y me estoy anunciando en la plataforma Ulule para contar mi proyecto, las razones del por qué lo hago e incluso enseñar algunas fotos.

—¿Cree que el crowfunding es una buena manera para financiarse?

—Está genial, porque el trabajo es comprado si le gusta a la gente. Ahora mismo voy por el 67% y ha sido posible a base de pequeñas cifras de dinero que ha ido poniendo la gente. La persona que financie el libro, en realidad lo que está haciendo es comprármelo por adelantado.

Si han puesto ese dinero es porque les ha gustado mi trabajo, les ha emocionado, les hace ilusión participar y porque tienen un espíritu solidario.

—¿Los artistas están recurriendo a este tipo de financiación porque las ayudas por parte de las administraciones públicas han acabado?

A nivel público, todas las ayudas han acabado. Antes las empresas privadas esponsorizaban, pero ahora ya no hacen este tipo de cosas. El crowfunding lo inventaron los americanos porque tienen un espíritu más solidario, e incluso poseen una ley de mecenazgo para desgravar fiscalmente todas estas ayudas a artistas.

—¿En qué situación se coloca cuando comienza a trabajar en sus obras?

Las obras de arte van de inconsciente a inconsciente, es decir, no pasan por lo racional. Cuando yo trabajo como artista me coloco en otro registro que no es el racional. Yo me abandono al destino y a lo que pueda surgir.

—Con la creación de piezas de vídeo-arte, ¿se siente pionera respecto a este tema?

No. Lo que pasa que el video-arte empezó en los años 60 y todavía es joven. Además es caro porque necesitas una buena cámara e invertir mucho tiempo para editar. También es muy complicado venderlo porque hay pocos coleccionistas de vídeo-arte.

—¿Cuáles son las ferias y exposiciones más importantes en las que ha participado?

—En España la feria mas importante donde he participado muchos años es ARCO, y fuera de España MACO MEXICO. He participado en muchas exposiciones importantes, pero destacaría 'Cazadores de sombras' que fue una exposición sobre fotografía española que recorrió toda Latinoamérica. Pero es difícil decirlo, porque todas son importantes.

Es importante tener obras en colecciones importantes. Por ejemplo, yo tengo obras en el Museo Reina Sofía, en la Fundación Coca-Cola, en los fondos de la Comunidad de Madrid o en la colección de Alcobendas. Esto le va dando solidez al artista.

—¿Qué formación académica posee?

—Soy autodidacta. Comencé trabajando en cine aunque después me interesé por la fotografía. Gané el tercer Premio Nacional de Fotografía cuando tenía 23 años y a partir de ahí empecé a estudiar fotografía. En este premio había 7.000 fotos y quedé la tercera. A partir de ahí empecé a estudiar fotografía en serio y decidí que me quería dedicar a esto.

Me formé con diferentes artistas y también aprendí yendo a la universidad como oyente, ya que la universidad pública es para todos.

—Después de la subida del IVA en la cultura al 21 por ciento, ¿en qué situación queda el panorama artístico-cultural de nuestro país?

—Es horrible y no sé lo que va a pasar. Todos los artistas están viviendo de los ahorros, porque está todo muy parado. Cobrar el 21 por ciento de IVA es un desastre para la cultura de nuestro país. Yo creo que la cultura tiene que estar apoyada por los gobiernos.

Si yo no llego a tener la beca de la Junta de Andalucía, no hubiera hecho las piezas de vídeo de Porcuna. Es una pena que los gobiernos no se den cuenta que no se puede dejar de apoyar a la cultura.

—¿Qué pasaría si en nuestra sociedad no existiera el arte?

—El arte es necesario, es un patrimonio que tenemos. Qué sería de nosotros sin la poesía, sin el teatro, sin la literatura, sin la música, sin la pintura, sin la escultura. No se puede vivir sin arte, sería una mierda la vida. Mediante el arte reflexionamos, pensamos y nos desarrollamos espiritualmente.

—¿Cuál es su mejor fotografía, la que más le ha impactado?

—En cada serie de fotografías que realizo, investigo sobre algún tema, y sobre él profundizo. Cada serie es un viaje.

El último que he hecho es “Tiergarten. Un jardín romántico alemán”. Fue un trabajo completamente contemplativo. Consistió en pasear por los mismos lugares durante las cuatro estaciones del año. Lo bonito de este jardín es que está todo calculado. Está pensado para conmover al espectador cuando pasea, sabiendo que en las distintas estaciones del año, el jardín cambiará de aspecto.

Me conmovió mucho el trabajo de este hombre y lo que hice fue pasear por todos estos sitios intentando encontrar los guiños que este hombre había preparado.

MANUEL J. MOLINA SALAS / REDACCIÓN
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