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Evita el fracaso escolar

“No existe el fracaso, salvo cuando dejamos de esforzarnos”. Jean Paul Marat. Esta reflexión del siglo XVIII en plena Revolución Francesa encaja a la perfección a la hora de introducir este texto. Todo va a girar en torno al esfuerzo, aunque también serán importantes otros factores como el papel de los maestros o profesores, padres y amigos.

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Todo comienza en la guardería. Es ahí donde las niñas y los niños empiezan a relacionarse entre ellos, enfrentándose a situaciones y estímulos totalmente nuevos, diferentes a los que han percibido en casa junto a sus padres. Es ahí donde empieza un largo proceso educativo, un camino que puede estar franqueado por posibles obstáculos que se deben de ir dejando atrás. Para evitar estos obstáculos es necesario un gran esfuerzo a la vez que entendimiento de todos los agentes.

Pronto verá la luz un nuevo proyecto en el que analizo el fracaso escolar. No se van a comparar estadísticas ni a interpretar datos, no se pretende un trabajo descriptivo, lo que se pretende es evitar posibles casos de fracaso escolar, analizar el problema con detenimiento dando respuesta a una serie cuestiones que surgen en aquellas familias que tienen hijos con una probabilidad seria de convertirse en un caso más que engorde las estadísticas.

Casos que suelen empezar desde muy temprano. Es fácil saber si nuestros hijos o hijas lo están haciendo bien o mal en el colegio si prestamos atención, lo difícil, es saber actuar para orientar a nuestros hijos, llevarlos por el buen camino, enseñarles que se puede disfrutar aprendiendo.

También se analizarán otras etapas que irán más allá de la educación obligatoria, el protagonismo de la difícil adolescencia, que está sometida constantemente a los cambios que va sufriendo el entorno del adolescente, cambios que van más allá de su ámbito familiar y que pueden variar notablemente el rendimiento académico. Por ejemplo el salto que hay entre el instituto y la universidad. El tener buenas notas en el primero no asegura el éxito en el segundo.

El fracaso escolar, pese a los numerosos intentos y las diferentes medidas que se han tomado, sigue siendo un verdadero dolor de cabeza para los sistemas educativos de los países desarrollados, y aun con más énfasis si cabe, en el siglo XXI. Para analizar el problema de una forma más esquematizada se estudiarán varios niveles que giran en torno al fracaso escolar: bajo rendimiento académico, abandono de la educación obligatoria sin titulación y consecuencias sociales y laborales en la edad adulta de los alumnos. A estos tres se le puede añadir un cuarto nivel que sustentará la base de la pirámide y la de este libro, que es el de las posibles causas por las que se puede dar un bajo rendimiento académico.

Por todo ello, se llevará a cabo un análisis pormenorizado en todo lo referente al fracaso escolar, no solo desde una perspectiva que influye consecuentemente sobre el alumno o la alumna, ya que además se tendrá en cuenta otros factores como son, los profesores, la gestión de los centros educativos o el papel de la familia y los amigos. Intentando que aquellos padres que sientan preocupación por sus hijos en el aspecto educativo, o simplemente quieran prevenir que su hijo acabe abandonando los estudios, tengan una guía de apoyo y reflexión desde una perspectiva sociología, sin términos abstractos o difíciles de entender, si no todo lo contrario, se dará respuesta a todas las pregustas de una manera sencilla y cercana.

Luchar contra el fracaso escolar

Son varias las variables que hay que tener en cuenta a la hora de analizar el fracaso escolar: la personal, la social y la escolar.

-En la primera, se tendrán en cuenta las habilidades de cada persona y la capacidad de motivación, aprendizaje y esfuerzo.

-En la segunda se tendrá en cuenta el nivel familiar tanto económico, educativo y sanitario de los miembros de la familia, el entorno familiar es clave.

-Y en la tercera, la variable escolar, es donde entran en escena los centros educativos con sus programas y profesores, y los sistemas educativos.

Se plantearan estrategias educativas y de comportamiento que sirvan para que los padres tengan una herramienta en la que apoyarse a la hora de prevenir el fracaso escolar. Para ello, a la hora de estructurar unas políticas educativas y sociales destinadas a evitarlo, hay que tener presente la pluralidad de factores y dinámicas que lo pueden provocar, permitiéndonos comprender el porqué de cada caso.

Además, se analizarán los factores, causas y consecuencias del fracaso escolar junto a un análisis detallado de todo lo que rodea al alumno, la familia, los amigos, las nuevas tecnologías, etc. El ambiente familiar, las buenas costumbres y hábitos de estudio y de lectura, la motivación, la ejercitación de la memoria, las técnicas de estudio..., son algunos de los factores que pueden influir para bien o para mal en la educación escolar de un niño o una niña.

Se analizará detenidamente cada uno de estos factores para aportar las claves a la hora de prevenir. Se examinarán las diferentes técnicas de estudio, se enumerarán juegos para ejercitar la memoria, se pondrán ejemplos de cómo actuar en los primeros meses de colegio para nuestros hijos etc., todo bajo la perspectiva que marca el análisis detallado de las posibles consecuencias que surgen tras el abandono prematuro de los estudios.

A su vez, se expondrán algunos de los puntos de vista de profesores, maestros y psicólogos que han sido entrevistados para complementar, a través de las opiniones de los docentes y expertos, este libro. Han sido más de 50 entrevistas, que aportarán una visión interna diferente, que nos dará muchas de las claves que aquí se analizan a la hora de abordar el tema en cuestión.

A pesar de la buena voluntad casi general con la que los niños afrontan sus primeros días, ya sea en la educación infantil, en la educación básica, primaria, secundaria, en la superior o en las enseñanzas de régimen especial o actividades extraescolares, pueden aparecer obstáculos que acaben con las expectativas de futuro previamente creadas, sobre todo por los padres hacia sus hijos. A esto hay que sumarle que en ocasiones muchos alumnos no pueden seguir al grupo por problemas emocionales y de aprendizaje o por trastornos psicológicos no tratados que pasan desapercibidos en su entorno.

Evolución histórica

En la sociedad española, durante la década de los 50 y de los 60 el absentismo escolar se encontraba en uno de sus puntos más álgidos. Eran muchas las familias que pasaban dificultades económicas, por lo que en el ámbito familiar se empezaba a trabajar desde muy pronto descuidando la educación de los más pequeños que pasaba a un segundo término, lo importante era el día a día, el poder comer. Además muchas niñas se quedaban en casa aprendiendo el oficio.

La educación estaba destinada a aquellas familias pudientes y para los varones principalmente. Después de la guerra civil se llevaron a cabo varias leyes y reformas educativas, que intentaron restaurar un sistema roto tras la guerra. Pero no sería hasta principios de los 80 con las reformas educativas y sociales, cuando los colegios empezaron a recibir inscripciones masivas de escolarización.

Es a partir de aquí cuando el concepto de fracaso escolar empezó a utilizarse con frecuencia ya que a pesar de que eran muchos los niños y cada vez más niñas que empezaban el colegio, también eran muchos los que lo abandonaban antes de finalizar la formación obligatoria, esto en parte pudo ser debido a la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) de 1990, que aumentaba la escolarización obligatoria hasta los dieseis años.

Ya con la llegada del siglo XXI, el concepto ha empezado a ligarse a otras connotaciones acordes a una sociedad cada vez más globalizada y moderna, la sociedad de la información y del conocimiento, que está envuelta por las nuevas tecnologías y en la que cada vez más, la cualificación académica toma una mayor importancia, los conocimientos abren caminos, sobre todo en las nuevas generaciones. Esta nueva sociedad está en continua transformación y sometida a cambios.

De ahí la importancia de estar bien formado, de no quedarse atrás y avanzar al mismo ritmo que nos marca el cambio social, ya que de esta manera entraremos en un mercado de trabajo cada vez más competitivo necesitado de profesionales. En este sentido al hablar de formación no hablamos exclusivamente de la universitaria, también es importante la formación profesional que año tras año forma a numerosos jóvenes, convirtiéndolos en verdaderos profesionales.

Para las nuevas generaciones de adolescentes, una buena educación es primordial a la hora de abordar un mercado de trabajo cada vez más competitivo y exigente, sobre todo en tiempos de crisis. Cada vez dependemos más de la educación y así lo amparan las empresas y los estados, que buscan gente competitiva y formada.

Los países desarrollados son conscientes de que su desarrollo está ligado directamente a la educación y formación de sus jóvenes, a partir de los cuales se crearán buenos profesionales cualificados que se diferenciarán significativamente de los no cualificados.

Todo lo expuesto anteriormente será analizado de forma detallada en un libro que pronto verá la luz. El objetivo es que se eviten casos del fracaso escolar.

Dar las gracias a Porcuna Digital por dejarme presentar la introducción de este trabajo, y por supuesto a todos y todas las que han participado en él.

FRANCISCO SUSÍN
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