Ir al contenido principal

A solas

Momentos, la vida está llena de momentos de todo tipo: alegres, tristes, pasionales, sorprendentes…, momentos que conforman así nuestra historia. Cada momento tiene unos protagonistas, que hacen que esa escena sea única y marquen así tanto para bien como para mal nuestra existencia.

® AD ENTERTAINMENTS ||| PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

Puedo decir bien orgullosa que tú has sido la gran protagonista de muchos de los grandes momentos de mi vida, ya que de una forma u otra siempre has estado presente. A tanto llegó nuestra relación que pasaste a formar parte de mi propia familia, aceptándote como tal mi marido y mis hijos. No puedo parar de emocionarme al recordar el día en que mi hijo me dijo: “Mamá es que Ella es parte de esta familia.” Esa frase me ha acompañado toda la vida, porque cuando la persona que más quiero en este mundo me citó estas palabras solo pude emocionarme y sentirme muy orgullosa de la familia que tengo, de la que tú eres una más.

Tú y yo, yo y tú, cara a cara, en ese momento de intimidad en el que te confieso todas mis preocupaciones, todas mis alegrías, en el que tú te desnudas ante mí con toda tu serenidad, y en el que yo preparo toda tu ropa con mimo, emoción, sentimiento y porque no decirlo, también con nerviosismo. Solo estamos tú y yo, el mundo se detiene, el reloj no avanza, y por mi cabeza podrían pasar miles de cosas, pero tal es la paz y serenidad que me transmites que mi mente queda totalmente en blanco. Tú, solo tú tienes ese poder sobre mí, el poder de hacer que por unos segundos me olvide de todo y solo te preste atención a ti, esa atención que tanto te mereces.

Trescientos sesenta y cinco días tiene un año, y no hay ni un día en el que no piense en ti, tal es así, que cuando no podemos estar juntas yo te hablo en la distancia, porque yo sé que me escuchas, yo sé que mis palabras llegan a tus oídos. Me pueden tratar de loca por estas cosas que digo, pero tú sabes que es así, y con eso me basta.

Aún recuerdo la primera vez que tuve la suerte de poder tocarte, mis manos temblaban, el nerviosismo se había apoderado de mí días antes incluso, al saber que iba a tener ese gran privilegio, la emoción me inundó de tal manera, que no pude evitar que de mis ojos brotaran finas lágrimas al contactar mis dedos con tu dulce cuerpo, siempre con el respeto y admiración que tú te mereces, siempre con la gran responsabilidad de saber que no estoy ante cualquiera.

Qué decir de la ropa que llevabas la primera vez que nos encontramos tú y yo, frente a frente, en ese momento único. Nunca olvidaré esa camisa blanca cristalina, sin más adornos que la sencillez, sencillez que a ti te caracteriza y que es una de tus innumerables virtudes. Me quedé fascinada al verte a ti en esa situación, tan solo con tu camisa, más terrenal que nunca, de mi boca era imposible que saliera palabra alguna, me tenías hipnotizada ante esa escena única y maravillosa.

¿Cuántas anécdotas y vivencias podríamos contar tú y yo? Miles y miles, porque será que no hemos vivido nosotras de todo en estos cuarenta y dos años que llevamos juntas, codo con codo. Tormentas, tempestades, problemas, imprevistos de última hora, sorpresas gratas y no tan gratas, alegrías, penas… en definitiva, toda una vida, una vida en la que tú has estado y estás siempre que te necesito, porque esa es nuestra relación, nuestra historia, en la que cuando una de las dos necesita ayuda, ahí está la otra para todo lo que necesite.

Si te doy las gracias me quedo corta, creo que nunca podré agradecerte lo suficiente que aparecieras en mi vida, que me eligieras para ser tú mayor confidente, privilegio del que nunca he presumido pero del que me siento muy orgullosa. Aquel día de mediados del setenta y uno me cambió la vida, me la cambiaste tú, y mi vida tomó un camino inesperado que nunca hubiera imaginado, pero que tú a mí me regalaste.

Gracias y más gracias por cuidar de mi familia, tu familia, que desde un principio te acogió como una más. Gracias por haberme dado fuerzas cuando más flaqueaban, porque esta vida no es un camino de rosas y a veces los obstáculos que se anteponen en nuestro camino son muy difíciles de superar, pero con tu fuerza, con tu luz, con tu sola presencia has conseguido que todos los obstáculos sean simplemente eso, obstáculos que van quedando atrás en el camino que es esta vida.

No puedo evitar emocionarme cada vez que menciono tu nombre, cada vez que de mi boca salen esas nueve letras que lo conforman, nueve letras que para mí lo han sido, son y serán todo, por eso para mí no hay mayor satisfacción que gritar a los cuatro vientos tu nombre y hoy no va a ser menos, así que, va por ti: ¡VIVA LA VIRGEN DE ALHARILLA!

Este relato está dedicado a la camarera de la Virgen de Alharilla Loli Millán, por todo su esfuerzo y entrega durante tantos años para que nuestra patrona luzca de la mayor manera posible tanto el segundo domingo de mayo como durante todo el año en su casa, en su ermita. Merecen una especial mención y también a ellas va dedicado este relato, las muchas mujeres que de forma anónima dedican su tiempo y su esfuerzo para mantener viva nuestra historia, nuestra cultura, nuestra fe y nuestras costumbres.

FRANCISCO M. GARRIDO ROJAS
© 2020 Porcuna Digital · Quiénes somos · montilladigital@gmail.com

Designed by Open Themes & Nahuatl.mx.